Érase una vez, dos adolescentes muy amigos. Todas las tardes ella se dirigía a la casa del niño y mientras conversaban tomaban café. La charla era tan animada que pronto se hizo la hora de que la niña regresara a su casa, por lo tanto se retiro sin terminar el café. Esto fue recurrente varios años, se reunían, conversaban, y ella se retiraba sin terminar su café. Llego un día, ya adultos, dejaron de reunirse. Pasaron treinta y cinco años y un día ella decide ir a visitar a su amigo. Así lo hizo, y cuando la puerta se abrió, su amigo la invito a tomar una taza de café. Ella accedió y conversaron como si el tiempo no hubiese pasado, cuando ella termina de tomar su café, en el fondo de la taza decía, “quieres casarte conmigo?”. Ella lo miro y le pregunto como era posible que estuviera escrita esa frase en el fondo de la taza, y el le respondió, la frase siempre estuvo allí pero tu nunca terminaste de tomar tu café.
Maria
Junio 2016
Precioso cuento!
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