martes, 7 de junio de 2016

Esquiando con mi papá


Mi papá iba a esquiar al cerro. ïbamos en coche hasta el cerro. A mí mucho no me gustaba esquiar, pero igual lo acompañaba porque é quería que hiciera lo mismo que él.
Yo queria hacer esqui de bajada. Él tenía esquies de madera finitos, con bastones de madera se usaban en esa época. Los botines eran como zapatillas. La ropa también era distinta, más bien fina, no tan gruesa por el recorrido que hacían que era deslizándose sobre la nieve a pasos gigantes, como caminando por partes casi llanas.
Es un recorrido distinto a otros. Se hace más fuerza porque la persona tiene que hacer el movimiento con los brazos y las piernas. Por eso a mí no me gustaba, por la fuerza que tenía que hacer... yo no tenía tanta fuerza.
Un día llegamos como siempre, bajamos del coche  charlando. Mi padre como era más rápido, se calzó los esquies y se fue. Yo quedé prepandome. Cuando termineé de ponerme los esquies salí deslizándome y a poco metros, ¡mi mala suerte... me caí de una manera tan tonta...! Se me descosió el pantalón en la parte de atràs. Y bueno... me tuve que volver. Me senté en el coche. De bronca no pude seguir esquiando. A esperar a mi padre que si haga su recorrido.
Buena parte del día sentada.
De ahí en más no fui más al cerro. 

Cristina
Junio de 2016

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