Transcurría el año 1983, estábamos dispuestos con mi hijo mayor “Leonardo” a salir de pesca rumbo al lago Nahuel Huapi, precisamente hacia el lugar Península Huemul que corresponde a la provincia del Neuquen.
Salimos tempranito con el bote a motor, con un ansia de tener un buen pique,el dia acompañaba por fortuna, y a todo esto el lago estaba esplendoroso( cosa que no siempre ocurre), al comenzar, nos dirigimos hacia la desembocadura del rio Huemul, con poca suerte hasta el momento, si bien los buenos mates y media lunas abastecieron en parte la ansiedad del momento. Después de hacer unas dos horas de pesca de arrastre( trolling) llegamos hasta el rio y desde allí giramos a 180 grados, pero en ese momento el lago empezó a “picarse” cosa que a aguas movidas aseguran mejor pesca, y efectivamente: avanzando con esas circunstancias de repente mi caña se puso muy tensa, demasiado,en ese momento pensamos que era un enganche de fondo,pero no,todo lo contrario, se trataba de un gran “pique”,en ese momento la ansiedad de ambos fue tremenda, cosa que se incremento con paso del tiempo, que a todo esto duro mas de una hora.
De repente asomo su cuerpo, y qué... ¡¡¡qué susto!!!. Era grande, calculo, entre 8 a 10 Kg. En ese momento le dije a mi hijo que tomara el medio mundo para sacarla,y en el instante que lo hizo, era tan grande, y el tan chico, que el copo se dio vuelta, y la trucha cayó nuevamente al agua, perdiendo todo el trabajo y la ansiedad de todo ese momento, que fue terrible, a todo esto para que, mi hijo, no se podia contener, yo, como padre, a fin de contener la situación, y alentando todo lo transcurrido, decidimos seguir con la pesca, que no fue tan mal: dos ejemplares hermosos. Por supuesto no eran para nada, la pieza perdida, pero asi es la pesca, el arte de la paciencia, y de eso se trata.-
¡Que día tan lindo y que gran recuerdo!
Leo
Junio 2016
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