Somos tres hermanas
y la diferencia de edad entre nosotras es de tres años.
La menor era de
pequeña muy inquieta, vivaz y siempre estaba haciendo la vertical en
cualquier lugar de la casa, ya que le encantaban todos los deportes
y gimnasia aprendidos en la escuela.
En cierta ocasión,
en una competición de carrera de doscientos metros, realizada por
el consejo escolar para varias escuelas, fue ganadora del primer
premio.
Cuando tenia que
tomar su primera comunión, mi madre la llevo a una modista para que
le confeccionara su vestido, en ese momento, la señora noto que
había una diferencia de altura, apenas perceptible, entre
omóplatos.
Se hizo la consulta
con varios médicos, y se determino que mi pequeña hermana tenia
escoliosis doble, es decir que tenia su columna en forma de “S”.
A partir de ese
momento comenzó el suplicio. Primero con la utilización de un
corseé de cuero en las caderas , caños de acero en el pecho y en la
espalda y sosteniendo la barbilla. Esto era para ver si la columna se
enderezaba. Como siempre, aparecen personas que conocen y recomiendan
miles de soluciones que hasta el mas incrédulo, ante la
desesperación, accede a consultar. En este sentido, le hablaron a
mis padres sobre un experto japones que con sus dedos acomodaba los
huesos. Allí llevaron a mi pequeña hermana, el resultado fue que
les dijo, que si la tocaba se quebraba en sus manos. El corseé fue
su amigo durante siete años, en los cuales la luz angelical de mi
hermana no se había apagado, continuaba con su simpatía y buen
humor de siempre.
Dos días después
de cumplir sus hermosos quince años, fue internada en el hospital de
niños y paso veinte días acostada en la cama, con pesas en los pies
y la cabeza. Luego la operaron. Un año de yeso desde la cadera
hasta la barbilla, y al final la alegría inmensa de pensar que todo
había terminado.
Siempre, muy
agradecidos a esos médicos que no solamente operan sino que también
acompañan al que lo necesita, hoy estamos viendo con gran amor y
cariño a mi pequeña hermana convertida en una hermosa mujer,
profesional, esposa, madre ejemplar, hermana admirable, compinche de
sus sobrinos y dueña de ese espíritu alegre y angelical que nunca
perdió.
Maria.
Sin palabras... Te amo!!!!!
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