Con cuánta fuerza nos marca la edad escolar primaria y
secundaria!!!!
Desde primer grado hasta quinto año fui al mismo colegio,
con las mismas compañeras.
Hoy, estamos tan unidas como siempre, algunas siguen en
Mar del Plata y otras nos fuimos a diferentes ciudades, pero el Whatsapp nos
mantiene juntitas. Somos todas mujeres porque era un colegio católico.
Compartimos problemas, enfermedades y cosas buenas como nietos, flores que
aparecen en los jardines, cumpleaños, egresos de nietos, nacimientos y momentos
difíciles como separaciones de hijos y problemas laborales. Nos damos fuerza
cuando nos deprimimos y tratamos de encontrarle soluciones a los inconvenientes
que presenta alguna. Disfrutamos los logros de cada una.
Nos mandamos fotos que encontramos en los cajones y nos
reímos de nuestras trenzas y caras, nuestras mallas y poses fotográficas, a
veces no reconocemos a profesores o personas que están con nosotras y nos
preguntamos ………… siempre hay una memoriosa que se acuerda del nombre y alguna
anécdota. CUÁNTOS RECUERDOS!!!
La semana pasada pusieron una foto de una hermana (monja)
“La Hermana Carbajal”. Cuando la vi me surgió de adentro todo el amor que por
ella sentía. Era la que nos enseñaba los cánticos de misa, la que nos retaba
duramente si hacíamos algo mal y la que nos daba todo el amor que tenía en el
alma cuando hacíamos las cosas bien. Con ella íbamos a “misionar” a barrios
querenciados de Mar del Plata, nos enseñó a darles a las personas que
necesitan.
Qué importante es saber de pequeños “QUÉ ESTÁ BIEN Y QUÉ
ESTÁ MAL”. Siempre estará conmigo La Hermana Carbajal que me decía “Mi Pedacito”
y nunca supe porqué, pero me encantaba!!!
Silvia Marini
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