viernes, 11 de noviembre de 2016

UN SELLO EN NUESTRAS VIDAS

Con cuánta fuerza nos marca la edad escolar primaria y secundaria!!!!

Desde primer grado hasta quinto año fui al mismo colegio, con las mismas compañeras.
Hoy, estamos tan unidas como siempre, algunas siguen en Mar del Plata y otras nos fuimos a diferentes ciudades, pero el Whatsapp nos mantiene juntitas. Somos todas mujeres porque era un colegio católico. Compartimos problemas, enfermedades y cosas buenas como nietos, flores que aparecen en los jardines, cumpleaños, egresos de nietos, nacimientos y momentos difíciles como separaciones de hijos y problemas laborales. Nos damos fuerza cuando nos deprimimos y tratamos de encontrarle soluciones a los inconvenientes que presenta alguna. Disfrutamos los logros de cada una.
Somos FELICES y TRISTES juntas.
Nos mandamos fotos que encontramos en los cajones y nos reímos de nuestras trenzas y caras, nuestras mallas y poses fotográficas, a veces no reconocemos a profesores o personas que están con nosotras y nos preguntamos ………… siempre hay una memoriosa que se acuerda del nombre y alguna anécdota.  CUÁNTOS RECUERDOS!!!
La semana pasada pusieron una foto de una hermana (monja) “La Hermana Carbajal”. Cuando la vi me surgió de adentro todo el amor que por ella sentía. Era la que nos enseñaba los cánticos de misa, la que nos retaba duramente si hacíamos algo mal y la que nos daba todo el amor que tenía en el alma cuando hacíamos las cosas bien. Con ella íbamos a “misionar” a barrios querenciados de Mar del Plata, nos enseñó a darles a las personas que necesitan.
Qué importante es saber de pequeños “QUÉ ESTÁ BIEN Y QUÉ ESTÁ MAL”. Siempre estará conmigo La Hermana Carbajal que me decía “Mi Pedacito” y nunca supe porqué, pero me encantaba!!!

Silvia Marini

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