Mi padre, con
diecinueve años de edad, arribó a Buenos Aires un 16 de noviembre de
1949, muy ilusionado por conocer “América”.
La travesía duro veinte días en un barco llamado “Buena Esperanza” y dejó en España a su madre, dos hermanas y un hermano mayores que él.
La travesía duro veinte días en un barco llamado “Buena Esperanza” y dejó en España a su madre, dos hermanas y un hermano mayores que él.
Argentina le
proporcionó un trabajo y la alegría de ganar lo suficiente como
para poder enviar dinero a su madre, ya que la post-guerra era muy
dura.
El tiempo corrió y
formó una familia a quien siempre les contaba su vida en España, de
su querida madre, de sus hermanos, de sus amigos, de su escuela y mil
anécdotas que formaron en la mente y corazón de sus hijas un
sentimiento de amor y cariño inigualables que acrecentaban las
ansias de conocer a toda esa familia paterna.
En el año 1980,
tuve la suerte de viajar con mi padre y conocer su pueblo, a mi
querida abuelita y familiares. Yo estaba fascinada porque lo que había
aprendido en la escuela secundaria sobre la edad media lo veía y
sentía en ese momento, al recorrer el pueblo, sus callejuelas y el castillo.
Mi pasión era
caminar sola por esas callejas y ver donde salía. Eso intente un día
pero con solo dar tres pasos salio de su casa una vecina que según
mi padre le llamaban “ Paca la larga” y adiós al paseo... pues me
insistió para que entrara a su casa a tomar el té. De todos modos
fue muy placentero compartir con una amiga de mi padre esos momentos.
Fue un viaje maravilloso que me permitió conocer a seres extraordinarios que se disputaban el momento para estar conmigo, el hermoso pueblo y la casa donde mi padre había nacido.
Fue un viaje maravilloso que me permitió conocer a seres extraordinarios que se disputaban el momento para estar conmigo, el hermoso pueblo y la casa donde mi padre había nacido.
Mi padre siempre
dice: “El mejor pueblo, Morales y el mejor país Argentina”-
Maria
2016
2016
Precioso recuerdo, querida hermana!!!! Te quiero!
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