Hoy quisiera
compartir un pensamiento.
Muy joven sufrí la
perdida de mi madre, luego de mi abuela y al poco tiempo la de mi
tío. Este tío era el único hermano que tenia mi madre y lo mas
increíble y sorprendente es que falleció el mismo día que años
atrás lo había hecho mi madre.
Luego, y después de
once años de casada, fallece mi esposo, quedando yo, con una hermosa
niña de siete anitos. A pesar de este destino cruel, me considero
una persona feliz, porque rescato de todo ello solo lo bueno vivido y
compartido.
Recuerdo la atención
de mi madre y su dulzura, la compañía y consejos de mi bondadosa
abuela, el silencio profundo de mi tío pero con una intensa conexión
entre los dos cuando me acariciaba la mejilla o me miraba con esos
grandes ojos negros, y de mi esposo recuerdo todo lo vivido y le
agradezco el regalo mas preciado que es mi hija.
Por todo esto, y por
haber sido siempre una persona amada por estas personas digo que soy
feliz, porque me dejaron lo mejor de ellos, la enseñanza que deja
una familia enorme pero siempre presente, la dignidad que da tener un
trabajo, la importancia de rodearse de afectos y mil cosas mas.
Esto me hace pensar
que si un niño o niña es querida, contenida, educada y respetada
dentro de una familia presente y en especial haber tenido una
infancia plena y alegre, debería ser un adulto feliz, ¿no les
parece?
María
Genial!!! Sí, me parece!!!!!!!
ResponderEliminarGenial!!! Sí, me parece!!!!!!!
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